“El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos”, le dice Ilsa a Rick mientras los alemanes están a punto de entrar en París. La historia de SupplyChange podría comenzar así. En esta primavera de 2020 que nos han robado, mientras el mundo asistía con estupor a la mayor crisis global vivida en muchas generaciones nosotros nos enamoramos de una idea. Nos imaginamos que para la transformación que necesariamente iban a requerir las empresas en el escenario de cambio de paradigma al que nos dirigíamos nosotros podríamos aportar nuestro granito de arena. Imaginamos que nuestra energía transformadora y disruptiva, unida a un profundo conocimiento del sector logístico y a la experiencia de gestión en puestos de Alta Dirección podían ser ingredientes que ayudaran a muchas de estas compañías a fortalecer su competitividad en esto que llaman la nueva normalidad.

“Sí, es un mal momento”, contestaba Rick. Sin embargo, nosotros pensamos que no hay mejor momento que el presente. De hecho, no existe otro.

Así, con las maletas cargadas de ilusión, entusiasmo e ideas decidimos emprender la aventura. Una de las primeras cosas a las que nos enfrentamos fue poner el nombre a la criatura. Y a fe que no fue tarea fácil. Utilizamos diferentes estrategias, dimos una y mil vueltas desechando cada una de las ideas que se nos ocurrían (algunas de ellas realmente peregrinas) hasta que se apareció delante nuestro. Y supimos que era ese. Un juego de palabras que “decía cosas” y transmitía a la perfección la idea fundacional de nuestra compañía: esa energía para ayudar a las empresas en su proceso de transformación.

Ahora que ya podíamos llamarla por su nombre, lo siguiente era darle a la compañía una imagen de marca y una personalidad que transmitiera los valores con los que la creamos. Que transmitiera profesionalidad, pero también frescura; experiencia a la vez que disrupción. En este camino tuvimos la suerte de encontrar unos profesionales increíbles que nos aportaron no sólo su conocimiento sino también su generosidad, implicación y la energía positiva que hace que surja la magia en el trabajo en equipo. Amaya, Alfredo, Christian, Alejandro, no tenemos palabras que expresen el agradecimiento por todo lo que nos habéis dado. Junto a nuestras familias, habéis sido la gasolina que ha ido alimentando la ilusión por el proyecto.

Y aquí estamos, no en la parrilla de salida sino con la carrera lanzada por unos primeros proyectos que confirman que nuestra propuesta de valor tiene hueco en el mercado. Apostamos por una consultoría diferente, “con adjetivos”. Una consultoría en la que ponemos el foco en ayudar a las compañías a hacerse las preguntas adecuadas y en dejar una huella duradera en forma de mejoras concretas y medibles, que impacten en los resultados de nuestros clientes.

Desde esta ventana que hoy abrimos iremos compartiendo de forma regular reflexiones, enfoques y noticias relacionadas con el sector logístico y los desafíos a los que se enfrenta. Estaremos encantados de que nos acompañéis en este apasionante viaje. Como escribía Kerouac “Todavía nos quedaba mucho camino. Pero no nos importaba: la carretera es la vida”